Con miedo, ¿y qué?

A la pregunta: ¿y cómo puedes? Contesto: pues cagá, pero me tiro.? ¡Que difícil es expresar que tenemos miedo! Llevamos toda una vida entendiendo que el miedo es una debilidad. Que es algo malo. Algo que no debemos sentir y menos expresar. Y es que el admitir que tenemos o sentimos miedo nos hace vulnerables a los demás. Y ¿sabes qué? El miedo no es una emoción negativa. Es algo natural. Es más, en ocasiones si tienes miedo te da como un “pump” adicional de “darle en la cara”.

No piensen que cuando hago mis cosas no tengo tengo miedo. El miedo està. Todos los días me enfrento a el. Es más, es mi leal compañero en muchos momentos. Pero no me detiene. Sè que existe. Me doy el espacio para sentirlo. Más no lo escucho. No me enfoco en èl. Yo reto al miedo. “Tú no eres más fuerte que yo”. “Ya tu vas a ver”. Y me tiro. Y camino.

Lo malo del miedo es que le des el espacio para paralizarte. Que le des la oportunidad de tomar control de tus emociones y tus actos. No es sentirlo. No es tenerlo. Prepárate. Hazte un máster en lo que quieres. Y aún con el miedo sal a caminar. Dile “caminas conmigo, pero no vas delante de mi.”

Sentir el miedo es parte de la naturaleza humana. Hablar del miedo es llamarlo por su nombre. Es un acto de valentía, más que de debilidad. Nuestra relación con el miedo determina demasiado en nuestra vida. Analiza cómo ves el miedo en tu vida. Analiza cómo manejas las situaciones en las que lo sientes.

Reconocerlo y llamarlo por su nombre; es conectar.

Los quiero!

Misma