Digiere Tus Emociones Como La Vaca

Digiere Tus Emociones Como La Vaca

Rumiar tus emociones te hace poderoso y te mantiene en control.

Ustedes dirán: ¡aquí viene esta otra vez con los animales! Pues, sí. Es que la naturaleza es perfecta y a veces tenemos demasiado qué aprender de otras especies.

Las vacas tienen cuatro estómagos. Bueno, técnicamente es uno, con 4 compartimientos. Estos son:

  1. El rumen o panza.
  2. El retículo o redecilla.
  3. El omaso o libro.
  4. El abomaso, cuajar o estómago verdadero

Estos animales tienen digestiones bien largas. Mastican muchísimas veces al alimento,. a esto se le conoce como ” rumiar”. No pretendo cubrir aquí los procesos de digestión porque para eso usted puede hacer una búsqueda en google. Solo quiero resaltar aquí que el proceso de digestión es uno largo y que se divide en etapas. Y ciertamente cuando miro ese proceso pienso que los seres humanos debemos aplicar algo así, con nuestras emociones y reacciones a ciertas cosas en la vida.

A veces andamos demasiado listos para contestar rápido y no pasamos nuestras emociones por un filtro. Y luego viene el arrepentimiento por haber “cagado” las cosas con el otro. Y nos preguntamos: ¿qué hubiera pasado si yo hubiera esperado? Y si vamos más a fondo, también nos preguntamos: que pesa más: ¿el coraje del momento o la vergüenza que tengo ahora de no haber dicho las cosas correctamente o de haber exagerado mi reacción? Con certeza me atrevo a decir que si hubieras hecho con tu emoción lo que hace la vaca, digerirla y pasarla por sus 4 estómagos, no hubieras dicho o hecho nada. Porque ya luego de eso a lo mejor no es tan importante. Y es que las emociones en la mayoría de los casos nos dominan. Tanto así, que aproximadamente en el 80% de las ocasiones nuestra reacción no tiene nada que ver con lo que la persona hizo o dijo, sino con la emoción que nos provoca, que probablemente proviene de un evento o recuerdo de una historia pasada. Créeme que no te hablo de historias sin sentido o que he leído en libros. Te hablo de mi historia, porque yo sí que como decimos en Puerto Rico “disparo de la baqueta”. Ha requerido disciplina diaria el formar lo que hoy soy y te confieso que a diario tengo mis recaídas como cualquiera. De igual forma, descubrir que “callada me veo fabulosa” ha sido algo que le ha sumado demasiado a mi vida.

Mientras me preparaba para escribir de este tema, encontré esta reflexión de una autora y coach que admiro mucho: Iyanla Vanzant,http://www.oprah.com/own-show/Iyanla-Vanzant-Stop-Being-Mean  Ella resume lo que sería el proceso de digestión de nuestras emociones en 4 preguntas que debemos hacernos antes de decir, contestar, reaccionar:

  1. Lo que vas a decir es amable?
  2. Es amoroso?
  3. Es Necesario?
  4. Puedo decirlo de una forma en la que me gustaría escucharlo?

Si alguna de ellas es NO, no lo hagas.

¡Brutal! ¿Verdad? Y cuando logras hacer algo como esto, te sientes la persona más poderosa(o) del universo.¿Sabes por qué? Porque controlas una de las cosas mas valiosas que tienes: tus emociones. Al hacer esto, ya los demás no te controlan. Te sientes grande y poderoso.

Cuatro preguntas
Antes de reaccionar o contestar, házte estas cuatro preguntas…

Esta semana te invito a que comiences a digerir tus emociones; a que cada reacción o respuesta la pases por el filtro de esas cuatro preguntas. Al principio, tienes que obligarte. Y va a ser difícil, porque llevas años sin hacerlo. Y hacer o contrario siempre va a ser más fácil. Pero si comienzas a practicarlo vas a notar que eventualmente va a fluir de una forma natural. Después de 21 días haciéndolo has creado ya un hábito. Escribe en tu journal cuáles emociones tuviste que pasar ese día por los cuatro estómagos de la vaca y cómo te sentiste al hacerlo. Documentar tu progreso es algo vital en tu crecimiento.

¡Buena semana mis soles☀️!

Misma

Nota: Iyanla Vanzant es: Escritora, coach y presentadora de televisión en el canal OWN)