Sea poderoso. Hable…

No confíes en lo que ves, hasta la sal parece azùcar. Recientemente me he tropezado con la realidad de que muy pocos seres humanos entienden que lo que ellos hagan o digan puede cambiar el curso de ser un “día cagao” para alguien a un “día que valga la pena”. Continuar Leyendo...