Yo A Veces Me Quito

La frase “yo no me quito” es una de las más famosas en nuestros tiempos y en ocasiones la tenemos en la punta de la lengua para todo. Y ¿sabes qué? Como todo en la vida, no se puede exagerar. Hay veces que es necesario quitarse y rasparse pal’… Yo a veces me quito. Hablemos de eso.

Es cierto que uno debe ser un fajón, que debemos luchar por nuestros sueños, que uno no se debe “rajar” porque la primera vez nos salió mal. Hay que persistir en lo que uno cree. Todo eso es mega cierto. Aplica a trabajos, relaciones, metas, etc. Igualmente es cierto, que uno tiene que dejar de insistir en lo que sabemos que no funciona. La vida nos ha dicho mil veces que ahí no es que tenemos que estar. Nuestra vida se vuelve miserable cada día. Y aun así, seguimos sin movernos. Nos empeñamos en sembrar y cosechar en terreno infértil. Gastamos nuestra vida en eso.

La línea entre quitarnos vs continuar es muy fina. Determinar hasta dónde intentarlo no es fácil. Sin embargo, Mel Robbins esta semana, mencionó la regla de oro: “cuando quedarnos o intentarlo implica renunciar a nosotros mismos. Cuando seguir intentando o quedarnos implica comprometer lo que somos y nuestros valores.” Hay una gran diferencia entre rendirnos porque se nos está haciendo difícil o porque tenemos miedo a dejar algo vs porque no nos hace bien, porque quedarnos es la antítesis de ser lo que somos. Y tal vez, solo tú entiendas la diferencia porqué a todas luces para los demás el resultado es el mismo; te estas rindiendo. Y vamos, ¿a quién car..jo le importa porqué te vas o porqué dejas de hacer algo? Eso solo te concierne a ti. Lo que para muchos es aceptar un fracaso para nosotros puede ser la mayor bendición o simplemente el primer paso para emprender algo nuevo que nos llenará de paz. A quien tiene que hacerle sentido si se quita o no, es a ti. Cuando estamos claros de eso, la decisión aunque es difícil, es llevadera. Porque sabemos que estamos haciendo lo correcto.

Yo lo admito, soy bastante persistente con mis sueños. Soy la estaca donde amarraron la esperanza. Soy la patrona de las causas perdidas. Soy rescatista de humanos también. Antes era más apasionada y me estrellaba con facilidad. Ahora, ya al umbral de cumplir los 45, he aprendido a cuando continuar y cuando no. He aprendido a no dejar de ser yo en los procesos. Yo lo admito hasta con orgullo: yo a veces me quito.

Si estas en esas, si tienes esa tendencia a ser “Jalisco no te rajes”, entiende que “rajarse” de vez en cuando es necesario. No te dejes llevar por los motivadores de “Cracker Jack” o por los “cheerleaders” que ni pompones (méritos) tienen. Hoy, verifica qué cosas tienes que dejar o soltar en tu vida y haz un plan de acción para eso. Algunas cosas van a tomar más tiempo que otras. De igual forma, el no continuar poniendo energía en lo que sabes que no produce es un buen primer paso.

Reconocer cuando y en qué persistir vs quitarnos; es conectar. Y eso también es “amor propio”.

Los quiero soles de Titi,

Misma