Sobre la obesidad…

Recientemente, ha estado expuesto el problema enorme que tenemos de burla contra las personas obesas. Para ser más directa, ha sido evidente en todos los medios y redes sociales la gordofobia de la que no se habla pero que siempre ha existido. Es decir, el odio y discrimen hacia las personas obesas. Existe a nivel mundial y también aquí en PR. En PR dos hechos la han puesto en relevancia en la última semana: la boda de una figura política del país y un concurso de belleza cuya preliminar fue anoche.

Es triste que a pesar de que hemos evolucionado en muchos aspectos y que existen tantos movimientos que apoyan la diversidad y la aceptación del cuerpo, aún demasiadas personas discriminan de manera consiente o inconsciente y se expresan con desprecio hacia alguien por su talla. Es muy triste que se piense que porque alguien es gordo(a) no debe ponerse x o y ropa, no debe vestir de cierta forma, no debe hacer ciertas actividades, no debe estar en espacios de moda, no debe tener derecho a ser amado(a) por una persona y mucho menos si la otra persona es delgada o fit. Que tampoco tiene derecho a ser considerado bella(o) para entrar en una competencia porque la definición de la belleza es tener una talla pequeña.

Cuando analizo mi vida yo también he vivido el discrimen de este tipo. Talvez no al grado en el que otros, pero me he tenido que raspar por años comentarios desagradables de personas cercanas, familiares, conocidos y desconocidos acerca de mi apariencia. El comentario sutil de “tu eres gordita pero con una carita linda” o “fíjate tu eres gordita pero te sabes vestir”. O el más reciente y de moda: “¿y porqué no te haces la bariatrica?”. He tenido que trabajar mucho con mi autoestima y mis ganas de mandar al carajo a muchos. Estoy súper agradecida de tener amigas y compañeras que mediante su ejemplo me han enseñado a ir ocupando mi espacio dentro de este mundo sin creerme menos que las que están fit. Sin embargo, requiere un ejercicio constante de autoconocimiento y amor propio. Un ejercicio de ir al gimnasio emocional todos los días y darle con todo.

Misma

El que dos figuras públicas recientemente hayan decidido (luego de su pérdida de peso) hablar del tema de la gordofobia siendo varones y exponiéndose de manera vulnerable me parece súper poderoso (Jorge Pabòn y Jay Fonseca). De veras que desde donde están le han dado visibilidad a algo que muchos se hacen de la vista larga. Esto nos deja saber lo mucho que tenemos que trabajar aún como sociedad. Lo distante que estamos de ser una sociedad evolucionada que verdaderamente acepta a los demás como son. Se necesita mucho para cambiar la mentalidad del colectivo que se resiste a aceptar a los seres que son distintos a los parámetros establecidos desde hace miles de años. Amigos, los obesos también son un sector marginado de la sociedad.

Hoy día, es más fácil ser gordo que ser flaco. La accesibilidad a la comida con sustancias adictivas es una realidad. Nos van criando gordos. La obesidad en los niños ha aumentado muchísimo. Cuando son pequeños es “aww que tierno”. Cuando crecen “uy fo”. El sedentarismo está ahora apoyado por largas horas de trabajo en un escritorio y la presión por cumplir con metas corporativas que en nada facilitan el que las personas se muevan y quemen calorías. Antes realizaban trabajo agrícola. Ahora eso no existe. Para poder hacer ejercicio tiene que ser en tu tiempo libre que es técnicamente ninguno. Tienes que levantarte de madrugada para hacer esto y poder cumplir con tus demás responsabilidades. Los lugares no están adaptados para las personas gordas. El que te den un acomodo en algún lugar tiene que pasar por el escrutinio de los demás que es mejor no pedirlo (Ej. un asiento de un avión). El mundo se dirige a tener más personas obesas que fit por diversas razones y aún existen miles de formas de discrimen ante nuestra población.

No estoy en contra de la buena alimentación, el ejercicio, llevar un estilo de vida saludable, operarse para tener una mejor calidad de vida, etc. Sin embargo, hay que comenzar por el respeto a los demás, por amar a los demás como son, por aceptar a los demás y trabajar la autoestima de las personas obesas para que ellos también puedan aceptarse. Hay personas que por más que hagan probablemente no bajan de peso. Es una realidad de muchos, pero los tildamos de vagos o débiles porque no tienen según algunos “fuerza de voluntad”. Además, el estar fit no es un marcador que implique que alguien está saludable. Sé de muchos delgados o fit que viven dependiendo de medicamentos para muchas condiciones y de personas obesas que hacen ejercicio y llevan estilos de nutrición excelentes.

Es hora de romper con los esquemas mentales impuestos y aprendidos y comenzar a aceptarnos como somos: seres humanos que sienten y padecen. La compasión y la aceptación de lo que es distinto a nosotros debe ser la norma para que podamos coexistir en un mundo que nos pertenece a todos.

A los que como yo han vivido y viven de una una u otra forma los comentarios y miradas hirientes de muchos por su físico les digo: somos mucho más que eso. Valemos mucho y la belleza no está en una talla. Sigue adelante que tienes todo el derecho de habitar en este mundo, de ser respetado y amado. Las personas correctas van a llegar.

Creo en mejorar los hábitos alimenticios y comenzar a vivir una vida mas saludable y más activa. Estoy convencida de que la obesidad es un problema enorme pero que no es únicamente responsabilidad del individuo sino de un sistema completo. Sin embargo, creo que todo va de la mano con la empatía, el respeto y la compasión a todos.

Como siempre les digo: desde donde estoy y desde donde estás puedes hacer mucho.

Los quiero,

Misma